Javi y yo nos casamos (otra vez jaja) esta vez en ceremonia religiosa el 25 de Diciembre de 2015.
Para empezar, la fecha, que fue increíblemente especial, porque en plena navidad lograr reunir a todos tus seres queridos y amigos es de por si mágico, hizo todo mucho más especial de lo que ya era.
No fue fácil organizar una boda a distancia y movilizar a dos familias en países distintos para el acontecimiento tampoco. Fiel a mi estilo, quería algo romántico, elegante pero con un toque de frescura, así que nada pomposo y extravagante tendría cabida.
Esto me hace recordar lo único que me pidió mi papá: "Qué tu vestido no parezca una torta pomposa" jajaja not my style dad, not my style!
Una hacienda en mi ciudad del alma, Cali, fue el lugar elegido, y ya que contaba con una pequeña capilla pues estaba perfecto porque haríamos todo en un sólo lugar sin tener que trasladarnos.
Mi vestido, a diferencia de muchos consejos que recibí de hacerlo con la mejor diseñadora de novias de mi ciudad, conscientemente y a propósito quería hacerlo con una que se conociera menos, la oportunidad hay que dársela a la gente que menos se conoce y así fue como encontré a Eddy, quien cose en su casa y me lo hizo perfectamente a mi gusto, tal y como lo quería.
Los zapatos los encontré en medio de mis caminadas buscando cosas de la boda, en Cosmocentro. Si. Nada de Jimmy Choos aquí!
Un velo encargado por internet. (21 dólares con envío)
Unos aretes familiares, prestados con amor por mi prima Maritza.
Y un maquillaje y peinado hecho con amor por mi amigo Carlos Torres, y listo. Wedding day is on! Les comparto algo de la emoción de este día, un día que recordaremos por el resto de nuestra vida.
"Love is when you give and give and give, and still feel like you are only getting"
Fotografía: Cientoveinte
