jueves, 9 de abril de 2015

El gran Machu Picchu

Llegar a Machu Picchu suena más simple de lo que es en realidad. Dentro de todos los lugares que me soñaba visitar por alguna razón Machu Picchu no estaba en mis planes inmediatos. Y como es la vida que te premia con regalos así, este patrimonio de la Humanidad también hacía parte de nuestra ruta en Club Cultura.

Visitar este lugar sólo será el final de un extenuaste recorrido que empieza una vez que estas en Cuzco, un lugar espectacular, lleno de muchísimo respeto por la arquitectura y la religión (piénsalo dos veces antes de siquiera tocar una pared de cualquier calle, los habitantes las consideran sagradas y te gritaran, si, nos pasó).





Bella Cuzco

Mi Souvenir más preciado!

Luego de un recorrido por Cuzco, es turno de ir por el tren, el cual está a aproximadamente dos horas por tierra. En la llegada al nuevo pueblo (mi cansancio no me dio para recordar su nombre, sólo recuerdo que nos comimos una pizza maravillosa en algún pequeño restaurante) espera el tren.
Dos horas y algo después y no, aún no estas en Machu Picchu!! Estas en....Aguascalientes, un pequeñísimo pueblo que se encuentra justo debajo del objetivo a visitar. 

Ya nos lo habían advertido, siempre llueve y esta vez no fue la excepción, esa caminata a la medianoche bajo la lluvia buscando el hotel jamás la olvidaré, sumándole la "suculenta" imagen del plato estrella "El Cuy" en cada paso que daba. Perdonen si ofendo a alguien, es un plato muy popular también en una zona de Colombia, pero para una semivegetariana como yo, no deja de ser un poco impresionante la foto que usan para venderlo a los turistas. Por supuesto, un plato que no me anime a probar, pero al que le guste pues buen provecho!

4am y ya es hora de levantarse para ver el lugar del que tanto hemos escuchado.
El tema de la lluvia y la neblina dificulta la espectacular visión desde lo alto del Machu Picchu, así que ya se imaginaran, nos faltaron más dedos por cruzar y rosarios por rezar, para que después de haber pagado una gran cantidad de dinero por el permiso de grabación, todo valiera la pena.

La logistica para subir es algo que nunca entendí, después de todo no la tuve que hacer yo, pero mi recomendación si deciden ir, es que consulten muy bien el tema de los buses y los tiquetes para entrar al lugar, porque no los venden en cualquier parte.
En fin, bus va y bus viene, y uno que otro mareo subiendo por una hora la montaña y aquí estamos.
Parece que no fuimos los únicos que madrugamos. Este lugar esta repleto. Y repleto de neblina también. Nuestras caras de angustia se encuentran, cuando comprobamos como la neblina no dejaría hacer un sólo plano en el que se viera el lugar en su esplendor. Decidimos, frustrados, esperar.

Y sólo en unos minutos, como si el mismísimo Pachacútec hubiera escuchado nuestras plegarias, salió el sol, y todo rastro de nube se disipo, dejándonos trabajar y disfrutar en un estado de contemple absoluto. 
Mi otra recomendación, aunque no quiero sonar como una estúpida gurú de viajes, pero me siento en la responsabilidad de advertirles, es irse lo más cómodo posible, este lugar es extenuaste, de subidas y bajadas con control del equilibrio, y por último, es un templo, trátenlo como tal, cualquier acto como sentarse, apoyarse o recostarse en cualquiera de sus paredes es considerado inapropiado. (Exageran un poco en mi opinión)
Y ahora si, sin más ni menos, éste fue el paso de Club Cultura por una de las nuevas maravillas del mundo moderno, esto es....el gran Machu Picchu!

Lentamente la neblina se disipó.






Si, así terminarás después del recorrido!





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